A comienzos de este mes esta noticia sobre una agresión homófoba en pleno día y en la calle callaba, espero, muchas de esas bocazas ociosas que se permiten afirmar que "para qué un día del Orgullo, si hoy la homosexualidad en España está normalizada".



Hace unos pocos días, saltaba a la prensa otra noticia en la que una pareja de energúmenos insultó y atacó a una pareja de mujeres que cenaba tranquilamente. Su único "delito" fue darse un beso.

Como hombre homosexual, tengo más que claro que la homofobia existe, y que está mucho más cerca de lo que nos imaginamos casi todos los días. Pero también tengo claro que tengo una enorme suerte al ser hombre. Como hombre, la sociedad me concede un ligero trato preferencial. Sé que hay quien se cree acosado por supuestos lobbys feminazis y cosas por el estilo.

No voy a hablar de estas dos agresiones porque es algo de lo que ya se ha hecho largo y tendido. Sí diré que me asquea leer ciertos comentarios, incluso en un nido de rojos y progres como (dicen que) es meneame, además del ocasional comentario homófobo que es habitual en este tipo de noticias, o que si no es homófobo se le acerca mucho, encontramos en muchas páginas y foros de internet comentarios de verdaderos berracos en celo, machos que no han pasado de la adolescencia más hormonada, proclamando a los cuatro vientos el morbazo que les da imaginarse a dos tías juntas.

Sí, la homofobia existe y nos afecta a todos los LGTB. Pero no olvidemos que una de las fuentes de la homofobia, además de los prejuicios religiosos, es el machismo. Igual que muchas veces se persigue al hombre con pluma (sea homosexual o no) por  salirse de su rol y parecer más femenino, a la mujer lesbiana se le critica especialmente por osarse a despreciar la polla que el varón le ofrece tan generosamente. En el imaginario colectivo, la mujer debe estar deseando el pene de un hombre, es casi su obligación, y por eso una mujer que se atreve a salirse de ese camino es tan mal vista (por contestataria a la norma impuesta, igual que el hombre homosexual, y también por no necesitar al hombre)

Por supuesto, no hace nada para normalizar la situación las supuestas escenas de lesbianas en el porno heterosexual, siempre dispuestas a recibir con alegría al joven de generosa erección que acuda a interrumpirlas. Una vez más, las mujeres demuestran ser más inteligentes al no tener entre sus fantasías sexuales la de interrumpir la relación sexual de dos hombres.

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