"¿Es la iglesia homófoba?", se pregunta un sacerdote...





Realmente, esto era algo que iba simplemente a mencionar de pasada en el anterior post de un paseo por la red, pero es algo tan surrealista, tan escacharrante, tan gracioso y triste a la vez, que merece un post en sí mismo. De verdad que esta gente puede conmigo y a veces no sé si son muy cándidos y se creen estas cosas que dicen y escriben, o si es que en realidad son muy listos y saben perfectamente de qué escriben y cómo lo hacen.



"¿Hay homofobia en la Iglesia Católica?", se pregunta (No, he estado mirando y no es un portal de humor como pudiera parecer, no es una pregunta retórica) este señor. Y, con todo, yo me alegro, porque el primer paso para superar un defecto tan grave como éste es admitirlo. El problema es que ni lo admiten, ni por supuesto tienen propósito de enmienda, como sería de esperar.

Empieza bien el artículo, revisando la definición de homofobia en la RAE. Digo que empieza bien, porque al menos admite la existencia de la homofobia (cosa que muchos evangélicos no hacen). Todo lo demás es un disparate.

Sigue en su razonamiento que a la Iglesia no se le puede acusar de "aversión obsesiva" porque se basa en este texto, sacado de la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la atención pastoral a las personas homosexuales.

“Es de deplorar con firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas. Tales comportamientos merecen la condena de los pastores de la Iglesia, dondequiera que se verifiquen”
 Reconozco que me sorprende, por su claridad, ese párrafo, sacado de la carta. Basta leer el texto (tenéis el enlace más arriba) para constatar que, en efecto, es un texto homófobo, que no hace más que reflejar la postura basada en la interpretación literal de la Biblia y de otras fuentes como la fantasiosa "ley natural" ... y por supuesto que no hay que olvidar que está firmada por el homófobo Ratzinger, al que hoy conocemos como Benedicto XVI.

A mi me gustaría saber cómo combina la Iglesia el párrafo anterior que cito (la obligación de condenar y rechazar la persecución de homosexuales) con actos mucho más recientes, como la negativa a firmar la propuesta de la ONU a favor de la despenalización universal de la homosexualidad.  Creo recordar que la excusa que se montaron por aquel entonces es que dicha propuesta abría las puertas a la aprobación de leyes que permitiesen matrimonios homosexuales (?!) La falta de lógica en esta afirmación es clara, pero es una muestra más de la obsesión de la Iglesia con el tema. Por poner dos ejemplos más: si no fuera homófoba la Iglesia, señor mío, no haría cosas como unirse al resto de integristas de otras religiones y protestar contra la despenalización de la homosexualidad en la India,  o que más recientemente se haya opuesto a la ley panameña contra la homofobia. Con su cinismo habitual, dicen que no "ven las razones" para esta ley...

De hecho, basta leer este otro documento, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones de personas homosexuales, para darnos cuenta de que es un perfecto manual del que se desprende la mayoría de tópicos y "razonamientos" falaces que usa la Iglesia, los creyentes y sus satélites para oponerse al matrimonio igualitario. Si esto no es "aversión obsesiva", ¿qué lo será para ellos?

En esencia, lo que nos proponen estos señores de la religión del amor (TM) es la muerte en vida, el no poder realizarnos como personas y vivir, como hacen ellos sin que nadie se lo impida, una vida plena junto a la persona que amas; bajo el slogan-consigna de que aman al pecador, no al pecado, nos instan a "reprimir las tendencias homosexuales, porque los actos son un pecado grave" (sic), es decir, a vivir o bien en una constante tensión sexual al no poder satisfacer una necesidad tan básica en cualquier ser humano, o a vivir en una continua situación de angustia mental, al pensar que hemos pecado y cometido "actos muy graves".






A lo largo de su larga historia, hay bastantes ejemplos que muestran claramente la aversión obsesiva de la Iglesia con el tema. Los homosexuales, igual que las mujeres o los judíos en otros momentos, fueron usados como chivos expiatorios y objeto de persecución violenta, siempre o casi siempre con la bendición (cuando no la complicidad y aprobación) de la Iglesia. Que ahora, recientemente, en 1986, hayan publicado, en un texto más largo y ofensivo, esas pocas líneas, es irrelevante, mucho más si ni siquiera lo ponen en práctica.

Dicen también que es un pecado más, no diferente de otros, pero quisiera ver (en realidad, no quisiera verlo, es una forma de hablar, ya me entendéis) el mismo celo inquisitorial a la hora de perseguir otros pecados, como el adulterio o la fornicación, entre otros muchos. De hecho, tienen una lista de cosas "nuevas" que pueden condenar y perseguir y que no hacen, a pesar de que sería de mucho más provecho para todos los que vivimos en este planeta.

Por supuesto, no falta el victimismo habitual entre esta gente, que se inventa que se pretende "cambiar su modo de pensar" o su doctrina. Es muy generoso llamar "pensamiento" a lo que ellos defienden, pero lo haremos. Nadie pretende cambiar su doctrina ni su modo de pensar. Lo que se pretende es que dejen de imponérselo a quien no le interesa, a quien no cree en él y a quienes no se sienten representados por su visión del mundo. Exactamente lo que ellos dicen defender


Los homosexuales a los que no les guste esta doctrina lo que pueden hacer es vivir indiferentes frente a la Iglesia Católica, pero pretender que la Iglesia cambie su doctrina en este punto es una intromisión intolerable.

Y que sin embargo no llevan a la práctica, con sus protestas, manifestaciones, inundaciones de activistas en mil y un sitio de Internet, etc.

Lo más gracioso, aparte de una ridícula comparación con la prohibición de comer cerdo a los musulmanes (leedla, es para mear y no echar gota), es que un texto que supuestamente quiere demostrar que no hay homofobia en la Iglesia, se puede leer como los comentaristas se lanzan, sin piedad y con furia, a la yugular de los pocos comentaristas que se atreven a decir algo mínimamente sensato, como por ejemplo

Yo como cristiano católico seguiré intentando que mi Iglesia cambie su postura de discriminación hacia mi sexualidad. Soy una persona con derecho a expresar y sentir amor hacia personas de mi mismo sexo y considero que dentro de esto está la sexualidad. Tengo una visión más amplia de la sexualidad que la doctrina oficial católica; pero eso no me va hacer vivir indiferente de mi Iglesia.

o este otro

Yo no pretendo que la iglesia cambie nada. Yo no formo parte de su dogma ni pretendo hacerlo, también como jamón y tomo vino por lo cual tampoco sería musulman.
El acto homofóbico no es que la Iglesia considere pecado a la homosexualidad. El acto homofóbico es que presione con todo su poder sobre las decisiones de Estado, que se oponga a lo que la sociedad no religiosa reclama.
Si yo tuviera un dogma personal en el que considerará a la iglesia católica un antivalor o pecado, sería una cuestión exclusiva mia y de mis seguidores. Si yo quisiera usar el poder del Estado para abolirlos, estaría siendo discriminador.
Yo no pretendo que la iglesia cambie sus doctrinas, pretendo que no intenten cambiar las doctrinas de una sociedad que con la inclusión de los homosexuales me parece una sociedad más justa.
Yo no pretendo que la iglesia cambie sus doctrinas, pretendo que no intenten cambiar las doctrinas de una sociedad que con la inclusión de los homosexuales me parece una sociedad más justa.

Comentarios, por cierto, que más tarde aparecen cerrados "Ante la avalancha de insultos hacia la Iglesia Católica" ... insultos que no aparecen por ningún lado si uno revisa toda la discusión que genera el artículo. Aunque, como es usual, cualquier comentario que se salga del mamapollismo que se ve en estos foros (se resumen en "cuanta verdad junta y qué texto más bien escrito y bien razonado") es inmediatamente visto como un insulto inadmisible. Triste vida la de los que no tienen otra cosa que hacer que hablar de lo que no saben y condenar señalando con el dedo a una buena parte de la sociedad en la que viven...

Edit :

 Hay que tener también mucho cuidado con los textos aparentemente positivos de esta gente, como este, aparentemente en contra de la homofobia, para salir luego con chorradas de "feligreses que luchan contra su homosexualidad" ¬¬ , en fin, la mierda de siempre.

Probablemente, aun quede algún atisbo de esperanza, incluso en la propia Iglesia, en la que surgen voces críticas entre los fieles, que alguno habrá que no sea tonto y se dé cuenta de que les están haciendo comulgar con ruedas de molino, literalmente.

Lo que me imagino que ocurrirá, si no ha ocurrido ya,  con estos creyentes gays es que las hordas de creyentes fanáticos pasarán a exluirlos de la comunidad, a rechazarlos como creyentes "válidos" o a intentar desprestigiarlos, como pasó por ejemplo con las mujeres creyentes a favor del aborto.

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