Jacobo Piñeiro, culpable.







Era algo que ya todos sabíamos desde hace tiempo, entre otras cosas porque él mismo confesó sus crímenes. Por fin se hizo justicia, y tras un nuevo juicio el jurado popular lo ha declarado culpable del doble asesinato del que se le acusaba. Podemos estar especialmente satisfechos, porque no se ha admitido ninguno de los eximentes (defensa propia, consumo de estupefacientes) y ahora solo me queda una duda, algo que nunca comprenderé : ¿qué cara se les habrá quedado a los miembros del anterior jurado? ¿De dónde salieron, de una convención de socios de Hazte Oír? ¿Cómo pudieron firmar un veredicto que admitía la ridícula hipótesis del pánico gay para absolverlo, y quedarse tan anchos?

De la noticia publicada en ABC :

  El jurado considera que Piñeiro no actuó bajo los efectos de las drogas ni del alcohol.
Otras eximentes que alegó la defensa de Jacobo Piñeiro, como legítima defensa o miedo insuperable a ser violado, tampoco han sido tenidas en cuenta por el jurado, que ha pasado casi 15 horas deliberando.
El portavoz del jurado ha considerado, además, que "no debe proponerse al Gobierno central el indulto total o parcial de la pena impuesta".
Además, reconoció el jurado que el acusado "estaba en plenas facultades mentales" cuando sucedieron los hechos.
En su decisión, el jurado ha fundamentado su decisión en las pruebas aportadas por médicos forenses o policía científica.
Ahora, queda pendiente conocer la sentencia judicial, que se hará pública en los próximos días.

Esta es, espero, la última imagen pública que tendremos de este miserable. Arrogante, chulito, prepotente, enfrentándose a la prensa, como se enfrentaron también sus amigos y familiares.

En fin, Jacobo, cobarde miserable, las razones de tu crimen fueron no asumirte en tu condición sexual y pagar tu odio con los que sí lo hicieron. Todo lo que argumentaste resultó ser mentira y probado por los forenses y testigos: que no habías tenido sexo con hombres, que fue legítima defensa, que estabas bajo la influencia de las drogas...

Adiós, ha sido un juicio bastante mediático y tú has tenido tus malditos momentos de gloria; espero que pronto no seas más que un mal recuerdo. Podrás recurrir la sentencia, pero eso no hará más que prolongar la agonía. No tienes ni mereces perdón alguno. Y espero que tengas mucho, mucho tiempo de pudrirte en la cárcel para pensar en lo que has hecho y sobre todo, por qué. 

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