"Convergais" y dos reflexiones que me provocaron



SAbido es que el activismo LGTB español está mayoritariamente posicionado en contra de aquellas asociaciones o colectivos LGTB con un ideario más o menos de derechas. Son criticados, por ejemplo, por prestar apoyo, público o tácito, a partidos que, como el PP, son hostiles -cuando no beligerantes- a varios de los logros irrenunciables para la mayoría del activismo LGTB patrio, vervigratia el matrimonio igualitario. Una de esas asociaciones, muy conocida, es acusada no ya de apoyar al Partido Popular, sino incluso de ser sus mamporreros en estos menesteres, habiendo quienes lleguen incluso a dudar de que las verdaderas intenciones de asociaciones como ésas sean realmente la defensa de los derechos de la comunidad LGTB.

Estos últimos días, el político conservador Josep Antoni Duran Lleida, candidato de CiU al Congreso, ha vuelto a estar en el candelero a cuenta de unas declaraciones que ya no eran nuevas: la homosexualidad puede ser tratada por los psicólogos y, por consiguiente, todos tienen derecho a acudir a ellos para curarse. Tan breve sentencia trae consigo dos conclusiones implícitas de una verdadera gravedad para la talla política del señor Duran: que la homosexualidad es una enfermedad (dado que se puede curar) y que deben existir clínicas y profesionales que la traten (dado que la gente tiene el derecho a curarse). Esta concepción de la homosexualidad no es que sea ya harto chirriante en la España contemporánea, sino que lo es si cabe aún más en la Cataluña que usa como senyera su modernidad y europeidad, a menudo contraponiéndola al atraso de otras regiones españolas, no sin un prurito de racismo.




Aun así, Convergais, la corriente gay del partido de Duran, muy lejos de cualquier sectarismo, reprendió en foro público las palabras de Duran Lleida, acusándolo de atentar contra su dignidad como personas. Se mostraron sorprendidos, molestos e incómodos con dichas palabras; visto que no es la primera vez que el señor Duran lanza palabras semejantes, que desde Convergais se muestren "sorprendidos" no deja de sorprenderme, pues conocen -supongo- muy bien el pensamiento de Duran (y el de la mayoría de las vacas sagradas de CiU, conservadores y defensores de la ideología de los burgueses catalanes nacionalistas y de derechas).

Paradójicamente en ese partido existen corrientes tan críticas como Convergais e incluso no deja de ser curioso comprobar como una destacada candidata de las listas de CiU, Mercé Pigem, haya expresado en Twitter que "Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) tiene las listas llenas de gays".

Mis dos reflexiones son bien sencillas:

-El sectarismo y falta de crítica hacia su partido de colectivos y homosexuales del Partido Popular o simpatizantes con él frente a la aparente asunción y crítica de los homosexuales y colectivos de CDC.

-Cuáles son los motivos que pueden explicar que colectivos LGTB u homosexuales individuales activistas o simplemente asumidos estén en partidos cuyas políticas se oponen a derechos fundamentales que son irrenunciables para toda persona LGTB. Se quejan los de Convergais de las palabras de Duran, pero apoyan y están dentro de un partido cuya ideología es ésa o muy semejante. Al final estamos ante el tan manido tópico de siempre: cómo un homosexual mínimamente comprometido puede militar o apoyar a un partido de ideología cristiano-conservadora.

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