¿O
s imagináis que un ídolo pop masculino sacara un hit cuyo estribillo fuera "I kissed a boy and I liked it"?


Como sabréis, desde el año 2008 se convirtió en un auténtico éxito global el tema I Kissed a Girl de Katy Perry y lógicamente no pasó nada, ni la acusaron de lesbiana ni fue menospreciada por dicha letra, ni siquiera en países donde la homofobia está a la orden del día.

Pensar en una superestrella del pop como ella pero de género masculino tipo Justin Timberlake cantando "I kissed a boy and I like it" sería poco menos que impensable. Las discográficas no lo permitirían. El público lo miraría raro; las burlas homofóbicas serían constantes y seguramente crueles.

Desengañémonos: La intención de Katy Perry no es ni reivindicativa ni tiene afán alguno de normalización de las chicas lesbianas. Esta hija de un pastor protestante tiene más bien con esta canción una intención puramente frívola (como el resto de su repertorio); me atrevería a decir incluso calientapollas. Perry no hace otra cosa que vender en sus canciones y estética la imagen de mujer-caramelo para los hombres, resaltando siempre con toda la frivolidad posible todo aquello que enciende los más primarios instintos sexuales del macho heterosexual, etre ellos, por supuesto, la imagen de dos tías montándoselo.


Y eso, y no otra cosa, es lo que Perry hace con ese hit global: calentar al macherío haciéndose pasar por una chiquilla inocente que, por probar, besó a otra chica y le acabó gustando,tanto que le hizo llegar a pensar en abandonar a su pareja (masculina, claro). Esa imagen de mujer-caramelo con afán erotizante del macho se puede ver, aparte de en el estribillo pseudolésbico, en otros versos de la canción:

Us girls we are so magical,
soft skin, red lips, so kissable.
Hard to resist, so touchable.

en teoría en referencia a lo que opina de las chicas tras haber besado a una, pero con la bien distinta intención que se ha expresado más arriba.

Es más, la canción destila un tufillo de homofobia en su conjunto, con frases recurrentes como que la atracción entre dos chicas no es lo que hacen las chicas buenas ni es cómo éstas deberían comportarse:

It's not what good girls do,
not how they should behave.

Porque claro, para Katy Perry, la hija del pastor educada como una victoriana, no lo olvidemos, las chicas buenas sólo pueden ser heterosexuales, y como tal tienen que comportarse. Eso sí, se describe la transgresión de esa norma porque eso pone a mil al machito heterosexual, y porner a mil al machito heterosexual es el fin último de la estética y las canciones de Perry: no solamente las chicas buenas transgreden las normas, sino que acaban besándose con otras chicas: todo con lo que el macho heterosexual fantasea. Es el muy manido recurso utilizado por muchas chicas heterosexuales que en las fiestas de las fraternities norteamericanas se lo montan entre ellas, a menudo borrachas, para calentar hasta el extremo al personal masculino hiperhormonado de esas fiestas universitarias.

A fin de cuentas, con dicha canción se está perpetuando el tópico de que "Guys kissing is gross, girls kissing is hot".


Es por todo eso, y más, por lo que no es vista con muy buenos ojos por los homosexuales más despiertos y críticos. Por ejemplo, su otro hit Ur so Gay (Eres tan gay) cae en montones de estereotipos y viejas bromitas sobre los homosexuales: ser gay equivale a ser menos hombre, y por lo tanto, el chico al que ella rechaza es tachado de gay por ser menos hombre; el el tópico de gay como cobarde y como antítesis de lo que le debe gustar a una mujer. Y sí, esa canción la canta la misma que dice haber disfrutado besando a otra chica en otra de sus canciones.

Independientemente de Katy Perry, la primera reflexión de esta serie de posts no es más que el tópico expresado arriba: "Guys kissing is gross, girls kissing is hot". En qué manera esto es cierto y cómo le afecta a la visibilización o normalización de las mujeres lesbianas lo veremos en sucesivas partes de este post.


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